No importa qué tipo de violencia machista hayas vivido o cual sea tu orientación sexual, una sensación recurrente es sentirse aisladx por muchas razones. Ya sea por vergüenza, temor u otro motivo, a veces podemos llegar a sentir erróneamente que nadie podría entender la difícil situación que estamos atravesando.
Para desmitificar esta sensación que hemos tenido o que alguien cercano ha experimentado es que decidimos contarles nuestras historias, historias de activistas de Actúa que han vivido algún tipo de violencia y que encontraron una forma de salir adelante gracias a su entorno y al activismo, como es el caso de Micaela a Ibeth.
Para contarlas recurrimos a jóvenes actrices Alejandra Núñez del Prado, Victoria Suáznabar, y un actor, Tamiel Hidalgo, quienes se pusieron en la piel de ellxs para que sepamos que alguien allá afuera ha vivido lo mismo, que se puede salir adelante, que siempre hay personas dispuestas a ayudarte.
La violencia machista que la ex pareja de Ibeth ejerció contra ella comenzó con el control. Le prohibió maquillarse, tener celular y redes sociales, hasta llegó a agredirla físicamente dos veces, mientras ella estaba embarazada. Después de confrontarlo por una infidelidad, él desapareció desentendiéndose de sus responsabilidades con su hija, pero Ibeth encontró una forma de salir adelante buscando ayuda.
"Si le vas a pegar a mi mamá, pégame a mi primero", le dijo Micaela a su papá cuando era una niña, logrando que las agresiones a su madre se detengan. Ahora a los 21 años ha comprendido que no hay que callar ante la violencia, hay que actuar.
Pero además nos propusimos acabar con otro mito, ese que dice que sólo las personas que han vivido violencia pueden luchar contra ella, y que esto deja por fuera a muchos chicos jóvenes. Ese es el caso de César, un activista de Actúa que llegó a los talleres de una forma casi casual y para estar con sus amigos.
Estando ahí se dio cuenta de que no era el único joven que tenía dudas sobre la naturalización del machismo y las actitudes que terminan resultando en la violencia machista, también se dio cuenta que muchas veces tenemos grupos de amigos con quienes se habla poco de lo que nos afecta, pero que se puede romper con el estereotipo de ser hombre y hablar de tus sentimientos y preocupaciones.
Compartir estas historias con ustedes, llevó a que muchos jóvenes nos escriban por inbox para buscar ayuda en sus ciudades alrededor de Bolivia, dándonos su confianza y sabiendo que no revelaríamos su identidad, así logramos que cada vez seamos menos los que nos sentimos solxs en una situación de violencia machista. Siempre puedes escribirnos.
Mira las historias aquí:
Ibeth
César
Micaela